
Los investigadores de Oxford ya habían descubierto que los altos niveles de ácidos grasos en la sangre y los malos hábitos dietéticos, se asocian con insuficiencia cardiaca, por lo que decidieron investigar si una dieta alta en grasas, basada en el consumo de mucha carne roja, queso y dulces, podrían en pocos días generar un efecto negativo para la salud.
Como resultado obtuvieron que los niveles de lípidos en sangre aumentaron liberando una proteína que reduce la eficiencia del corazón y por lo tanto la resistencia física.
En cuanto al efecto sobre el cerebro, las dietas altas en grasas son conocidas por dar lugar a una disminución en la capacidad cognitiva a través del tiempo y dar paso a la aparición de enfermedades tales como la demencia.
"Una dieta rica en grasa envía un mensaje al cerebro indicando que es una época de abundancia, de modo que los neurotransmisores o sustancias químicas del cerebro que actúan como mensajeros del mismo, nos dicen que no se necesita encontrar alimentos, así nuestro instinto de cazadores-recolectores se apaga o por lo menos se suspende, reduciendo nuestra agudeza mental”.
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