Todos tenemos claro que la adolescencia es una etapa de grandes cambios, tanto a nivel físico como psicológico. Al ser la transición entre la infancia y la adultez es un período que se vive con cierta complejidad. Durante estos años la imagen corporal adquiere una gran importancia. Entre todos estos cambios se incluyen los cambios en la alimentación, los cuales inciden directamente sobre la salud de los adolescentes.
En la adolescencia ocurren omisiones frecuentes de comidas, picoteos, consumo de bebidas azucaradas y de bebidas alcohólicas y cierta tendencia a dejarse seducir por las comidas rápidas. Esta conjunción de factores puede derivar en problemas nutricionales, los cuales pueden repercutir de forma negativa en su rendimiento escolar, en las actividades deportivas y en su vida en general.
Por estas razones es fundamental que exista una educación alimentaria por parte de los padres. Así podremos corregir aquellas ideas equivocadas en cuanto a alimentación y a los ideales físicos a los que continuamente están expuestos.
Hay que prestar atención a la distribución de los alimentos a lo largo del día, evitando el picoteo y las grandes cantidades de alimentos en pocas comidas. Al igual que el resto de las personas, los adolescentes requieren un adecuado equilibrio entre el consumo de energías y el gasto de energías. Esto es lo que les permitirá desarrollarse de forma óptima y tener una buena condición física.
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