Cuando una persona deja de fumar, lo más probable es que aumente unos kilitos. Los cigarrillos reducen el apetito y mantienen boca y manos ocupadas, lejos de la comida. Y mientras los demás abren la heladera para calmar la ansiedad, los fumadores tienen sus cigarrillos para entretenerse.
¿Quieres dejar de fumar, pero sin que ello implique ganar peso? Lo primero que debes tener en cuenta es tu objetivo principal, que es abandonar el mal hábito y recién más adelante piensa en tu silueta. A fin de cuentas, si te focalizas demasiado en la idea de no engordar nunca harás el mayor esfuerzo para dejar de fumar.
De todas maneras, hay un par de trucos para dejar de fumar sin ganar peso. Una vez que te hayas librado del mal del cigarrillo, aplica los siguientes consejos para mantener tu figura bajo control.
Aliméntate en pequeñas porciones. Es fundamental que controles las cantidades que ingieres. Como te hemos dicho en varias oportunidades, a veces sucede que comes mucho y demasiado rápido pensando que tienes hambre cuando en realidad ya estabas lleno: tu cerebro demora 20 minutos en asimilar que has comido. Además, se activa tu metabolismo.
Come cada tres horas. Pequeños snacks entre comidas te harán sentir satisfecho durante el día y no llegarás al almuerzo o a la cena con ganas de comer todo lo que encuentres.
Haz ejercicio. Es una de las fórmulas para no engordar. No solo quemarás calorías, sino que te mantendrás entretenido, relajado y sin ansiedad por tomar de nuevo los cigarrillos o aferrarte a la comida.
Y para no caer en la tentación de volver a fumar…
Mastica goma de mascar o caramelos. Mantendrán tu ansiedad bajo control, sin recurrir a la comida o los cigarrillos.
Si acostumbrabas a fumar luego de las comidas, levántate de la mesa y enseguida lávate los dientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario