Cuándo debemos preocuparnos por el ojo rojo


Los ojos rojos se producen cuando los vasos sanguíneos se agrandan y se dilatan, dando esa apariencia enrojecida en la superficie del ojo. Las causas por la que tal fenómeno puede producirse, en uno o los dos ojos, son muchas y de ellas, algunas pueden ser preocupantes o incluso ameritar una emergencia medica, mientras que otras no ofrecen ninguna relevancia o que ameriten preocupación alguna.Lo que determina si debemos preocuparnos o no, es decir la gravedad del problema, no es -como podríamos tender a pensar- el grado de enrojecimiento o la aparición de sangre en el ojo. Por el contrario, los indicadores más relevantes son la presencia de dolor ocular o el deterioro de la visión.

Los ojos inyectados (producto como ya hemos dicho de una dilatación o irritación en los vasos sanguíneos) pueden ser producidos por factores tan cotidianos como el aire extremadamente seco, la exposición al sol, el polvo, la intrusión de un cuerpo extraño, una reacción alérgica, una infección, un trauma u otras muchas condiciones comunes.

Una causa bien común, es el esfuerzo físico producido por la tos. Que puede conducir a que se presente en la esclerótica (parte blanca del ojo) un área sanguinolenta de color rojo brillante y forma uniformemente densa, denominada hemorragia subconjuntival.


Aunque esa área con presencia de sangre puede parecer alarmante, lo cierto es que es bastante común y poco significativa. Por ello si tenemos una mancha sanguinolenta de este tipo, pero el ojo no nos duele, no debemos preocuparnos, pues generalmente desaparece por sí sola en una o dos semanas.

Pero así como los ojos rojos pueden ser un fenómeno para no procurarse, en algunas ocasiones también ameritan nuestra atención, sobre todo la de un médico. E incluso en algunos casos, ameritan una atención médica de urgencia.

Hay varias enfermedades oculares que pueden producir un ojo rojo, que si no se trata y se diagnostica a tiempo, puede arrastrar a quien le padece, incluso ceguera. Lógicamente, quienes deben dar el diagnóstico siempre deben ser los médicos (y nosotros a menos que realmente lo seamos, no debemos jugar a serlo) y por ello para evitar un diagnostico equivocado o una simple confusión, lo que se recomienda es acudir a un especialista en oftalmología.

Sobre todo, cuando sentimos dolor, tenemos la visión borrosa o fotofobia severa (sensibilidad a la luz), entre otros síntomas. Ya que los mismos, no son síntomas típicos de una conjuntivitis simple, sino que indican un mayor grado de gravedad.

El dolor, la visión borrosa y la fotofobia severa pueden señalar la presencia de glaucoma (aumento de la presión intraocular, por falta de drenaje del humor acuoso, que produce lesiones en el nervio óptico con problemas en la visión y si no se corrige a tiempo ceguera), una úlcera ocular o una inflamación del interior del ojo u otras patologías que pueden afectar la visión de forma irreversible. Por ello, ante estas circunstancias es siempre recomendable acudir al oftalmólogo con carácter de urgencia.

Entonces, ¿cuando debemos preocuparnos?

Debemos acudir al medico en forma urgente si:

• Hemos presentado cualquier tipo de trauma en el ojo.
• Tenemos dolor de cabeza además de una visión borrosa y confusa.
• Vemos halos alrededor de las luces.
• Tenemos náuseas y vómitos.

Debemos procurar asistencia médica cuando:

• El enrojecimiento de uno o de los dos ojos persiste por más de uno o dos días.
• Se presenta dolor ocular o cambio en la visión.
• Tomamos medicamentos anticoagulantes (como warfarina).
• Tenemos un objeto extraño en el ojo.
• Somos personas muy sensibles a la luz.
• Presentamos una secreción amarilla o verdosa en uno o los dos ojos.

Queda claro, ¿no?

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