Faseolamina: ¿es relmente eficaz para perder peso?


Según los estudios, podemos decir que la faseolamina puede resultar de buena ayuda para bajar de peso. De hecho se ha comprobado que reduce la absorción de calorías provenientes del almidón hasta en un 66%, aproximadamente. Lo cual la hace una herramienta adecuada para aquellos que consumen mucho almidón en su dieta: pan, pasta, cereales, patatas, etc. La dosis recomendada, es entre 500 y 1500 miligramos antes de cada comida rica en almidón.

Pero ojo, una cosa es decir que ayuda, y otra que hace magia. La faseolamina reduce la absorción de parte de los carbohidratos complejos, pero no los elimina. De hecho lo más razonable, saludable y económico no es ingerir faseolamina, sino tratar de comer menos alimentos ricos en carbohidratos complejos. Pero lógicamente, esto último requiere de mayor fuerza de voluntad; y la fuerza de voluntad no se compra, la faseolamina si.

Pero consumir faseolamina no significa olvidar todos los aspectos relativos a la dieta. Si bloqueamos la absorción de los carbohidratos con su ayuda, pero le damos fuerte a las grasas, el consumo de la faseolamina no tendrá mucho sentido.

Los resultados además, dependen de cada persona. Cada uno puede experimentar resultados distintos, acorde a sus propias características, hábitos alimenticios y estilos de vida. Es decir, y nuevamente repito: no hace magia.


En cuanto a efectos adversos, clínicamente no se han observado efectos secundarios dañinos, provocados por la faseolamina. En general, en los estudios de pérdida de peso, los participantes muestran buena tolerancia; o como mucho presentan exceso de gases.

Entonces…, podemos recurrir a la ayuda de la faseolamina, claro que sí. Pero no seamos tontos, cuidemos nuestra salud integralmente: hagamos ejercicio, reduzcamos las grasas y el almidón… etc. La faseolamina no es magia, y la magia no se vende.

Via | consumer

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