Los piojos van a la escuela


Cuando a un adulto se rasca la cabeza, nadie sospecha nada extraño. En todo caso, asumimos: “ha de estar pensando” o “no se ha lavado la cabellera”. Pero cuando el que se rasca es un niño, nadie tiene alguna duda, todos asumimos lo mismo: “¡ese pequeño tiene piojos!”.

Los piojos en la cabeza pueden afectar a personas de todas las edades, pero son los niños en edad escolar aquellos con más riesgo en padecerlos. Y entre ellos, aunque no se conozca a ciencia cierta la razón, las más afectadas son las niñas. Así como también en general, suelen ser más afectadas las mujeres que los hombres.

Pero el caso más relevante es el de los niños en edad escolar, que suelen despertar incluso, auténticas miniepidemias escolares de piojos. ¿Recuerdan cuando sus madres le sacaban todos los piojitos y al otro día volvían de la escuela repletos de ellos? Justamente de eso estamos hablando.

De esas pequeñas epidemias que nada tienen que ver con el nivel sociocultural, la higiene del grupo, la longitud del cabello o el sexo. Se generan y expanden sin perdonar a nadie, y de hecho se estima que entre el 5 y el 15% de los niños en edad escolar están infestados por piojos.

Digámoslo así: haber finalizado la escuela sin haber padecido piojos alguna vez, básicamente es no haber ido a la escuela.

El síntoma principal de los piojitos es la picadura, esa que nos obliga a rascarnos y rascarnos. La picazón es la reacción que tiene nuestro cuerpo ante la saliva del insecto, que nos inocula en cada mordisco. Y esa reacción no siempre es inmediata, de hecho puede demorar algunos días en comenzar a picar, cuando ya la infestación es severa.

¿Cómo se trasmite?

El único para los piojos de la cabeza, es el hombre. Solo el hombre puede padecerles, y estos piojos solo lo eligen a él. Por tanto, ningún animal, sean domésticos o no, pueden transmitirnos la pediculosis.

El piojo suele elegir para alojarse la zona de la nuca y detrás de las orejas, principalmente. Pues allí la temperatura es más constante y el pelo sufre menos roturas. Fuera de la cabeza, el piojo sólo sobrevive unas 24 horas.

La principal forma de contagio es de cabeza-a-cabeza (o como sucede en la escuela, de niño-a-niño). Pueden colaborar algunos objetos, como los peines, gorras, etc. Y por ello es muy importante no compartirles, para evitar infestaciones. Pero de todos modos, la primera forma de contagio de uno a otro.

Para evitar los contagios en la peligrosa etapa escolar, suele recomendarse llevar el pelo corto (en los niños) y recogido (en el caso de las niñas). Incluso lo mejor son las dos trenzas, pues dejan la nuca despejada. E insistir a nuestros pequeños que no compartan sus objetos personales antes mencionados, como gorras, peines, etc…

Via | piojosfuera

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