La roncopatía es un trastorno respiratorio muy común en muchas personas. Si bien tiene grados y en algunos casos es algo esporádico en la persona, si se presenta en forma crónica, debe ser tratada como una enfermedad, puesto que puede traer consecuencias indeseables y muy graves.
La roncopatía puede acarrear problemas cardiovasculares, trastornos de la personalidad (como la depresión), hipertensión, disminución de la concentración y por lo tanto disminución en el rendimiento laboral y estudiantil.
Actualmente existen soluciones para frenar la roncopatía. Algunos pacientes recurren a las mascarillas antirronquidos llamadas CPAP. Estas mascarillas son útiles al principio del desarrollo de la roncopatía, pero a largo plazo suelen ser menos eficaces, llevando a su usuario al punto de utilizarlas muy apretadas a la cara, lastimando la piel. Es por esto que no conviene utilizarlas en pacientes con roncopatía de carácter crónico, y sólo son recomendables para quienes manifiesten roncopatía en sus fases iniciales.
Para suplir estas mascarillas existen sistemas de láser, radiofrecuencia y sustancias que ayudan a tensar el paladar. Sin embargo estos tratamientos no son 100% efectivos, y está en desarrollo la creación de un chip que se inserta en las vías respiratorias, con la función de tensar la musculatura sin que el paciente se despierte.
Si se padece roncopatía es recomendable consultar a un médico para que diagnostique un tratamiento. No es recomendable no prestar atención al problema, puesto que éste puede manifestarse en bajo grado, pero sin que nos demos cuenta, esta roncopatía puede ser el principio de una roncopatía crónica, pudiendo llevar al paciente a padecer trastornos.
Vía | Vivirmejor
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