Sana y delgada con la dieta macrobiótica
Más que una dieta es un estilo de vida que busca el equilibrio físico y emocional a través de una alimentación sana en la que no tienen cabida los productos industriales o artificiales. Algunas estrellas como Julia Roberts, Madonna o Gwyneth Paltrow ya la han probado ¿te animas?
Aunque suene futurista, esta dieta es de origen japonés y está basada en el principio del Ying y el Yang, pilar de la filosofía Zen. Limitando el consumo de alimentos fríos y “debilitantes” (Ying) como el azúcar, los lácteos, la miel o las bebidas alcohólicas, y potenciando los calientes y “tonificantes” (Yang) como los cereales, vegetales y legumbres, se busca un equilibrio físico que se traduzca también en un bienestar interior.
Es una dieta principalmente vegetariana y más concretamente basada en los cereales integrales, por lo que algunos nutricionistas hacen hincapié en la necesidad de una revisión médica previa antes de realizarla (la carencia de proteínas puede hacerla desaconsejable para personas con desequilibrios alimenticios o con presencia de anemia o falta de hierro).
También hay que decir que, en muchos casos, la dieta se ha “occidentalizado” incluyendo algunas combinaciones de alimentos para hacerla apta (y más fácil de cumplir) para un mayor número de personas.
Alimentación sana y natural
La macrobiótica, palabra creada por el filósofo y médico japonés Georges Ohsawa a principios del siglo pasado, busca una vida más larga y mejor en las personas que siguen sus pautas alimenticias.
La dieta se divide en 10 etapas o sub-dietas. En cada una de ellas se van eliminando de forma progresiva más alimentos ying (azúcar refinada, café, conservas, carnes rojas, bebidas alcohólicas, lácteos…), al tiempo que se incrementa la presencia de los yang (cereales, algas, legumbres, fruta).
En la última fase la alimentación se ciñe casi exclusivamente a los cereales.
Los principios básicos de la dieta son los siguientes:
1. Alimentación sana y natural en la que no se incluyan productos industriales, colorantes o conservantes. Los alimentos han de proceder de cultivos ecológicos en los que no se hayan utilizado ni fertilizantes ni abonos.
2. Las algas marinas son “plato fuerte”.
3. Los cereales integrales: maíz, arroz, soja, miso, cebada… y las verduras y hortalizas (exceptuando patatas, tomates y berenjenas) son la base de la dieta.
4. El consumo de agua es limitado. El café queda eliminado y se sustituye por té chino o japonés (por ejemplo té Banche o té Mu).
5. La forma de cocinar también es importante. Los alimentos se tomarán hervidos o cocinados con aceite vegetal, preferiblemente en recipientes de barro o de hierro. A la hora de condimentar, hay que usar únicamente sal marina.
6. El pescado blanco, la carne de ave y las carnes magras pueden incluirse según las necesidades de cada persona (cualquier dieta debe ser siempre personalizada) pero siempre con la idea de ir reduciendo su consumo.
7. A la hora de comer es importante masticar lentamente al menos 50 veces cada bocado.
¿Cómo es un menú macrobiótico?
Los ingredientes básicos de esta dieta y su proporción aproximada podría ser la siguientes: sopas y líquidos (5% - 10%), legumbres (5% - 10%), vegetales (20% - 25%) y cereales (50% - 60%).
Esta dieta está pensada para eliminar de tu organismo cualquier tipo de toxina y aportarte vitalidad y bienestar. Además, si la combinas con los principios más saludables de la dieta mediterránea (no son tan dispares) puedes elaborar tu propio menú.
Algunos de los platos básicos que deberás incluir son: (elige de entre los que te proponemos los que más te apetezcan para las distintas comidas o cenas).
Desayuno
Té o preparado soluble de cereales / tortas de arroz integral o pan tostado integral con algún paté vegetal o mermelada (mejor natural, tipo compota) sin azúcar.
Comida
Primeros: Sopa: de miso, de fideos “soba”, (de trigo integral), de verduras con Shiitake (hongo japonés). Cremas de legumbres (lentejas, judías, etc.)
Segundos: arroz integral, paella de verduras, verduras al vapor o estofadas (coliflor, brócoli, guisantes, zanahorias…) Tofu con verduras o algas, cous cous, pescado blanco preferiblemente al vapor (lenguado, rape, merluza, etc)
Postre: fruta (no tropical) natural o hervida (en compota) o té japonés.
Cena
Primeros: Crema vegetal (o sopa, según lo que hayas tomado a mediodía) cremas de calabaza, puerro, calabacín, zanahoria…,
Segundos: salteado de soja, verduras rehogadas, escalope de seitán (el seitán es la proteína del trigo hervida con alga kombu y salsa de soja, y amasada de tal forma que parece un filete empanado. Su textura y sabor recuerdan a la carne. Es muy bajo en calorías y aporta la energía necesaria para el organismo). Algas hervidas o salteadas (hiziki, wakame, arame, etc), ensalada de col, ensaladilla de maíz, verduras, y brotes de soja etc.
Todos estos platos admiten mil combinaciones, de forma que tu menú puede resultar variado y apetecible
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