Dieta de la proteina: ¡pierde peso al ritmo de tu cuerpo!
"El objetivo de esta dieta es reeducar al paciente y enseñarle a portarse bien, y... ¡también a portarse mal!". Esta fue la introducción que el doctor Carlos Jarne, coordinador del departamento médico de Laboratorios Ysonut, nos hizo para hablarnos de la dieta de la proteína.
La dieta de la proteina o dieta proteica no tiene nada que ver con las tradicionales, que se limitaban a disminuir las calorías a ingerir para perder peso. Ahora, se habla de nutrición cerebral, que consiste en darle al cuerpo los nutrientes que éste necesita, y de ritmonutrición, que supone aportar esos nutrientes en el momento adecuado.
Al llevarlo a la práctica se consigue una pérdida de peso real y sostenible en el tiempo y todo ello reduciendo el mal humor y la ansiedad que conllevan las dietas... Yo me digo: ¿dónde hay que firmar? ¡Quiero hacer la dieta de la proteína ya!
Antes que nada, establezcamos dos líneas principales de la dieta de la proteína:
1. El objetivo: perder peso a expensas de la masa muscular (el músculo queda, ¡la grasa no!). La dieta de la proteína favorece la ingestión de proteínas (carnes, pescados, huevos) y disminuye (al mínimo) los hidratos de carbono, que son los responsables de la creación de grasas.
2. El medio: una estrategia médico-estética. Es importantísimo que un médico haga el seguimiento de la dieta para conseguir una pérdida de peso adecuada y que el organismo cuente con los nutrientes necesarios para estar sano. En algunas fases de la dieta de la proteina se requieren complementos alimenticios, lo que hace insdispensable la figura del experto. Además, él te podrá resolver todas tus dudas y animarte a seguir adelante con la dieta (¡la motivacion es importantísima!)
La ritmonutrición es un concepto que engloba 4 elementos:
1. La dieta proteica, un método validado científicamente que garantiza la pérdida de peso. Eso sí, siempre ha de realizarse bajo control médico. Como principales líneas, se limita el aporte de azúcares y grasas (que llevan al sobrepeso) y se lleva un aporte normalizado de proteínas de alto valor biológico que protegen músculos, piel, huesos... Para un éxito total es esencial cumplir todas las fases de la dieta (6 en total), que siempre respetan los biorritmos del cuerpo humano. Este proceso conducirá, de forma natural, a una reeducación alimentaria a largo plazo.
2. Para el doctor Carlos Jarne, “cuando hablamos de alimentos, no hay buenos ni malos. Lo que hay son interacciones. Toda la fisiología humana se organiza mediante ritmos, lo que implica que la gestión metabólica de los nutrientes que ingerimos también sea rítmica”. Por ello, continúa, “una alimentación equilibrada debe considerar qué elementos se toman, en qué momento, en qué cantidad y con qué finalidad. Hablamos de la cronobiología nutricional, otra parte esencial de la ritmonutrición.
3. Los aportes micronutricionales (vitaminas, minerales, ácidos grasos, esenciales...) son a menudo insuficientes y de mala calidad. La ritmonutrición propone una complementación personalizada que permite evitar las carencias y prevenir las compulsiones alimentarias.
4. Ya se sabe; las dietas suelen ocasionar trastornos del comportamiento alimentario que provocan mal humor, cansancio, frustración... Esto puede remediarse, según los datos que se desprenden de un reciente estudio clínico presentado por los laboratorios Ysonut. ¿Y cómo se consigue? Pues actuando sobre los neuromediadores cerebrales que controlan los trastornos de la alimentación y del humor. “Los neuromediadores son sustancias químicas producidas por el organismo que permiten a las células nerviosas (neuronas) la transmisión del impulso nervioso”, explica el doctor Jarne.
Para explicar más fácilmente este concepto, el doctor Jarne nos remite a una curiosa comparación. “El cuerpo humano sería como un coche que está en reposo, se arranca, después se acelera para circular a la velocidad adecuada, luego va frenando y por último se detiene. Así, por la mañana, para arrancar bien, necesitamos dopamina. A media mañana necesitamos noradrenalina, para seguir “circulando”. Por la tarde hay que frenar un poco el ritmo, lo cual conseguimos gracias a la serotonina, y por la noche, para dejar el motor en reposo, entraría en juego un neuromediador llamado melatonina.
Sin embargo, en la práctica del día a día solemos llevar un ritmo más bien contrario al de nuestro organismo: tras la jornada de trabajo, llegamos a casa con bastante estrés y cenamos mucho, haciendo una digestión pesada por la noche. Nos levantamos y no tenemos hambre, porque aún tenemos la sensación de saciedad de la noche anterior… y así vamos reproduciendo un ciclo completamente diferente al que el cuerpo demanda para estar a punto.
Estas necesidades del cuerpo no sólo varían según van pasando las horas del día, sino también según las estaciones, el ciclo hormonal... También la actividad física de la persona determina el ritmo. La ingesta de calorías de una persona que va al gimnasio será diferente de una que no va... Por todo ello, es vital hacer un estudio pormenorizado de cada persona, siempre bajo control médico.
La dieta de aporte normoproteico regula precisamente la ingesta de las comidas según estas etapas. Y la que nos propone Ysonut aún va más allá, ya que profundiza en la llamada nutrición cerebral, que descubre cómo combatir el mal humor, el cansancio, las compulsiones alimentarias, la desmotivación, etc. que suelen llegar con las dietas.
Así las cosas, el estudio presentado por el profesor Daniel Rigaud, catedrático de nutrición humana y miembro del Comité Científico de la Sociedad Francesa de Nutrición, destaca dos aminoácidos capaces de actuar sobre los neuromediadores que actúan sobre la saciedad, el hambre y los trastornos del humor (los anteriormente citados dopamina, noradrenalina y serotonina). Se trata de la tirosina (que se encuentra básicamente son las carnes magras) y el triptófano (presente en la clara de huevo, la leche, los cereales integrales, el chocolate, la avena, los dátiles, los garbanzos, y algunos frutos secos), que, ingeridos por la mañana y a media tarde (respectivamente) ayudan a reducir la ansiedad en este tipo de dietas.
“El estudio revela que con una verdadera estrategia de nutrición cerebral se logra que tanto pacientes con sobrepeso como con obesidad se sientan más saciados, más motivados y de mejor humor. Esto hace que sean más capaces de realizar la dieta adecuadamente”.
Una vez concluida la dieta, se puede hacer vida normal y comer de todo. Eso sí, combinando los alimentos correctamente... Tarea que se aprende durante el transcurso del régimen.
El objetivo es claro y la teoría también. Pero... ¿Cómo es esta dieta en el día a día? ¿Es tan cómoda como parece? ¿Cuesta mucho llevarla? En enFemenino también queremos ponernos en forma tras las fiestas y ¡por eso vamos a probarla! No te pierdas nuestra sección de enForma porque en breve te daremos más información. ¿Te animas a perder peso con nosotras? Juntas... ¡Podemos!
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