
Los trastornos alimenticios son una enfermedad seria pues pueden desembocar en una baja autoestima, en insatisfacción general por la vida e incluso en un riesgo de muerte.
Existen básicamente 3 tipos de trastornos:
Anorexia.- Las personas que padecen esta enfermedad presentan una imagen de su cuerpo distorsionada en la cual se ven con sobrepeso –aunque estén peligrosamente delgadas-. Evitan comer, hacen ejercicios compulsivamente y pierden mucho peso con el riesgo de morir de hambre. Tienden a ser personas perfeccionistas.
Bulimia.- Estas personas comen generalmente en exceso, y después se purgan o vomitan a través de laxantes, enemas y diuréticos, a escondidas y con vergüenza; sienten alivio al sentir de nuevo el estómago vacío. Son personas impulsivas.
Comedores compulsivos.- Como los bulímicos, estas personas experimentan episodios frecuentes en donde comen fuera de control, sin embargo no se purgan ni vomitan y no pierden peso, más bien lo ganan.
¿Quiénes lo padecen y cómo ayudar?
Las personas más susceptibles de padecer estos trastornos son mujeres adolescentes y jóvenes, aunque también se da el caso de mujeres mayores, de hombres e incluso de niños. El problema con esta enfermedad es que la persona oculta su condición por pena o por miedo a que la obliguen a comer de manera normal; también evitan el contacto social y procuran no comer en público.
Entre los factores que pueden provocar esta situación se encuentran: familias o relaciones disfuncionales, baja autoestima y susceptibilidad a burlas, exigencias externas (como la gimnasia donde se requiere un bajo peso) y traumas (como una violación o muerte de un ser querido).
Es indispensable buscar ayuda y obtener un tratamiento pues estos trastornos no desaparecen por sí solos. Una adecuada combinación de medicamento y ayuda psicológica puede contrarrestar los efectos de dichas enfermedades, sin embargo los resultados no son a corto plazo y deben contar con el apoyo de familiares.
Fuente: Reforma. Salud
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