
Hace varias semanas que has empezado con un régimen de dieta saludable, pero aun los resultados no están a la vista. Por si fuera poco, también lo estás complementando con actividad física regular y no notas una evolución en tu silueta. Entonces, ¿qué es lo que está pasando? ¿no era eso lo que tenía que hacer?
Mientras algunos comen de todo y aun así no engordan, también están aquellas personas que por más alimentación sana que cumplan o deporte que practiquen, no logran perder esos kilos demás que hace tanto quieren eliminar. Qué injusto parece ¿no?
Pero esto no es una cuestión de suerte. El contraste entre quienes jamás suben de peso comiendo mucho y quienes jamás adelgazan comiendo poco tiene su explicación. Veamos, entonces, cuáles son las razones por las que a veces cuesta tanto bajar de peso.
Tienen más celulas grasas. Hay personas que tienen el doble de células grasas y eso explica por qué tienen que esforzarse demasiado para adelgazar mientras otras pierden peso fácilmente. Las células grasas pueden achicarse pero no desaparecer. Siempre estarán allí.
El gen de la gordura. La obesidad también está dada por la genética. Hay personas que nacen con el llamado gen de la gordura, aunque eso no quiere decir que serán gordos. Lo que sí tienen es una tendencia a aumentar de peso. Esto explica por qué algunos comen sano y hacen ejercicio pero mantienen un peso corporal elevado.
Un embarazo poco saludable. Quizás tus kilitos de más están destinados antes de que tu nacieras, pues un embarazo poco saludable también es una variable que influye en la obesidad del bebé. Si tu mamá solía ingerir muchos azúcares o ácidos grasos durante el embarazo es posible que lo hayas heredado.
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