La depresión baja la temperatura


La reacción instintiva que normalmente se toma ante una depresión profunda es la de entrar en la cama y taparse. La cama aporta confort, protección y, sobre todo, calor. Calor… palabra importante en relación con la depresión, y de hecho la ciencia ha sacado provecho de ello realizando un par de interesantes experimentos al respecto.

El trabajo de Geoffrey Leonardelly y Chen-Bo Zhong de la Universidad de Toronto consistió en dos experimentos básicos para determinar si la necesidad de aumentar la temperatura mientras estamos deprimidos es un hecho real o una simple percepción. Ante los resultados, parece ser cierto que la depresión nos hace sentir frío.

El primer experimento consistió en dividir en dos grupos a 65 voluntarios. Al primer grupo se les pidió que imaginaran momentos de su vida en los que se sintieron solitarios y abandonados, mientras que al segundo se les pidió que pensaran en momentos en los que habían trabajado en equipo a gusto. Tras ello, consultados por la temperatura de la habitación en la que se encontraban, los primeros dijeron sentir más frío que los segundos.


Otro experimento consistió en que los mismos estudiantes jugaran a un juego de ordenador. Los primeros fueron apartados de la acción del mismo, mientras que los segundos estuvieron activamente involucrados. Al finalizar se les ofreció manzanas y snacks a algunos, o café y sopa a otros. Los del primer grupo eligieron sopa o café.

Esto lleva a concluir que la depresión está asociada a la temperatura, y que la sensación de soledad y abandono debe compensarse con calor. Si te sientes deprimido, prueba con un té o una sopa, si te reconforta al menos podrás sobrellevar momentáneamente tu estado de ánimo.

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