Tatuajes y salud


Los tatuajes en general me gustan, el body piercing no tanto (o al menos manejo con ellos un criterio bastante más exquisito y quisquilloso) y siempre considerándoles un recurso más de embellecimiento, sin duda más comprometido que otro tipo de accesorios, pero de embellecimiento al fin.

Ahora, esa soy yo. Para otros los tatuajes y piercing significan distinción, marginalidad, pertenencia, compromiso, promesas y hasta homenajes. Y cada una de esas opiniones es tan respetable como la mía.

Lo cierto, opinemos lo que opinemos, es que ponerse una pulsera nueva de fantasía, un arete de plástico o un collar con diamantes, no implica la misma invasión al cuerpo que sí lo hacen tatuajes y piercings. ¿Qué significa ello? Básicamente una sola cosa: debemos tener más cuidado.

Si somos de esos que queremos alguno de estos elementos, debemos ser bien concientes sobre cuales son los riesgos y las consecuencias del asunto. Así como también, cuales las precauciones que conviene tomar.

Comencemos con el tatuaje


El tatuaje cuando está hecho por profesionales bien preparados, no presenta grandes riesgos o complicaciones. Lo que debemos evitar es el tatuaje por aficionados, ya que en si un tatuaje puede hacerse con cualquier elemento punzante y una tinta. Este tipo de tatuaje es más rústico, más riesgoso, y digamos que estéticamente nada envidiable. De hecho, muchas veces parecen rallados en la piel con un bolígrafo. Y eso no esta muy bueno. En síntesis: a evitarlos.

Complicado o no, siempre que nos enfrentemos a la idea de hacernos un tatuaje debemos considerar tres preguntas básicas: ¿Dónde?, ¿de qué tamaño?, y aún más importante ¿realmente lo quiero? Hay que ser bien conciente, que tatuarse es marcarse para toda la vida, y posiblemente (como nos sucede con miles de cosas) hoy queremos algo que ya no desearemos tanto el día de mañana. Son inmensas las cifras de personas que tras realizarse un tatuaje, quieren tiempo después quitárselo. Y en ello muchos factores entran en juego: se ha madurado y cambiado de intereses, se comienza a sentir incomodidad respecto al tatuaje, este trae problemas en la inserción laboral y/o social, etc.

La clave creo yo, es no ser exagerado: podemos realizarnos algo sutil, y privado. Y con privado no me refiero solamente ha escondido de la vista de los demás, sino y aún más importante de nuestra vista: si nos vemos nuestra marca todo el tiempo quizás nos aburramos rápidamente. Y digamos que el paso inverso a un tatuaje, no es tan sencillo como borrar una línea a lápiz con una goma.

Para sacar un tatuaje, suelen utilizarse varios métodos dependiendo del sitio donde este ha sido hecho y la superficie corporal que ha comprometido. Cuando es pequeño y lineal (como un nombre) suele realizarse una simple resección de la piel y sutura, reemplazando el tatuaje por una cicatriz pequeña y lineal. Cuando son muy grandes (por ejemplo abarcan todo el pecho, la espalda, los brazos o las piernas) hay que hacer una resección con navaja y luego poner un injerto con la piel del paciente, obtenida de otra parte de su cuerpo (un parche que significa los mismos riesgos que cualquier otra intervención quirúrgica).

Otra alternativa es la aplicación láser. Por este medio se genera una quemadura de la tinta del tatuaje, dejando de todos modos el recorrido del dibujo. Se trata de un método costoso, que no garantiza una solución 100% (ya que no todas las tinturas pueden ser quemadas por ejemplo), y que además representa una agresión al cuerpo significativa, con la cual no debe jugarse así como así.

Así que ha pensarla bien. Consulten un profesional, consideren qué tipo de marca quieren realizarse, de qué tamaño y dónde. No son preguntas fáciles de responder, al menos yo ya llevo más de cinco años tratando de encontrar una respuesta.

Via | buenasalud

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