10 trucos básicos para adelgazar comiendo


Si quieres quitarte esos kilitos de más sin renunciar al placer de comer sólo debes saber cómo hacerlo... ¡Toma nota!

La palabra dieta suele ser sinónimo de esfuerzo, del temido "efecto yo-yo", de aburrimiento, de ansiedad y, sobre todo, ¡de hambre!

Ante el deseo de adelgazar y bajar peso lo más importante es, sin duda, tener voluntad de lograrlo sin renunciar a la salud. También se deben tener en cuenta diez consejos básicos, sencillos y efectivos que te recomendamos que pegues en tu nevera para que, cada día, cuando los veas, los pongas en práctica. ¿Quieres saber cuáles son? ¡Toma nota y no te saltes ninguno!
Debes comer de todo. No olvides ningún grupo de alimentos: todos son necesarios para lograr un estado saludable. La regla que debes aplicar es no abusar de la cantidad de alimentos hipercalóricos (básicamente, los productos industriales) ya que, además de tener un índice muy bajo de aportes alimenticios, contienen muchas calorías.
Distribuye tu alimentación en cinco comidas diarias. Es fundamental que no te saltes ninguna toma: dos han de ser comidas consistentes (sobre todo el desayuno) y las otras tres más ligeras. Ten en cuenta que debes cenar pronto: al menos, dos horas antes de irte a dormir, ya que por la noche el metabolismo se ralentiza y los alimentos se acumulan en forma de grasas.
Bebe mucha agua: al menos, dos litros diarios. Además de su función depurativa, el agua te mantendrá saciada y con mejor humor, así que cuanta más bebas mejor te sentirás. Un buen truco para controlar el hambre y no excederte en la comida es beber, como mínimo, un vaso de agua justo antes de comer.
Cocina las raciones justas y prescinde de la sal: las sobras son una tentación peligrosa, así que prepara la cantidad de comida que necesitas y hazlo siempre con la mínima presencia de sal.
Di no a las grasas y sí al aceite de oliva. Es recomendable que cocines al vapor o a la plancha: la cocina natural es más sana y mantiene mejor las propiedades de los alimentos, mientras que las grasas aportan demasiadas calorías. Si sustituyes las grasas por una cucharadita de aceite de oliva enriquecerás el sabor de tus platos y el aporte alimenticio de estos.
Comer es un placer. Tenlo siempre presente y disfruta comiendo. No te tortures, varía tus menús y haz del momento de la comida un auténtico ritual que te ayudará a ingerir solo lo necesario: oblígate siempre a sentarte, sin distracciones (evita ver la televisión, por ejemplo, y evitarás comer de forma mecánica), dedícate tu tiempo, mastica los alimentos tranquilamente, come despacio y saborea cada alimento como si fuera la última vez que lo vas a probar.
No te obsesiones con la báscula: pésate una vez a la semana, sin ropa y en ayunas. ¡Y no te tortures!: perder peso es un logro progresivo que se consigue con paciencia y constancia y que será sinónimo de largo plazo cuanto más lento sea el proceso.
Limita el consumo de alcohol. Evita, en la medida de lo posible, la ingesta de alcohol (sobre todo después de comer), ya que los licores tienen bastantes calorías vacías de nutrientes. Si sales a cenar o de fiesta prueba los licores sin alcohol, los zumos naturales o los tés: los hay muy variados, son muy sabrosos y te ayudarán a mantener la línea.
¡Muévete!: el deporte es fundamental. El ejercicio físico elimina grasas y te ayudará a quemar las calorías ingeridas. Además, tonifica el organismo y te hará sentirte mucho más ligera y más a gusto con tu cuerpo.
Bajar peso siempre ha de ser una decisión propia, no impuesta por estereotipos ni críticas ajenas, así que si tú quieres adelgazar, propóntelo y... ¡lo lograrás, seguro!

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