El poder de un baño relajante
La hora del baño debe ser considerada más que una práctica de higiene personal. Un baño permite eliminar las tensiones diarias, permitiendo momentos de relajación.
Tanto es así que hoy ya existe la denominada “bañoterapia”. Esta terapia consiste en una inmersión del cuerpo en la bañera con agua y una mezcla de hierbas, flores y sales minerales. El cuerpo es un receptor de los estímulos externos, por lo que esta mezcla desencadena reacciones químicas y una sensación de bienestar.
Las sales de baño de aromaterapia son una opción perfecta, pues ayudan al rejuvenecimiento no sólo de tu cuerpo, sino también de tu alma. Estas ayudan en la relajación e incluso a un sueño tranquilo. Algunas sales son excelentes para lograr una piel más suave, pues también son exfoliantes. Las sales de lavanda son buenas para relajarse, e incluso se recomiendan para los pacientes que sufren de insomnio. Estas sales están fácilmente disponibles en las herboristerías locales.
Los perfumes son fundamentales para despertar sensaciones positivas y agradables. Por ello, elige jabones y geles perfumados para bañarte. Además, encender velas aromáticas antes de ingresar a la bañera o ducha crearán un ambiente aún más relajante y te ayudarán a combatir el estrés de la jornada. Sin embargo, los baños relajantes no deben exceder los 15 minutos pues el agua caliente puede resecar tu piel y además puedes sufrir un episodio de baja de presión.
La temperatura del agua influye bastante en el efecto que el baño produce en nuestro cuerpo. Los baños o duchas de agua caliente estimulan el sistema inmune y aumentan la circulación. Además, el agua caliente calma y relaja el cuerpo. Mientras que los baños o duchas de agua fría estimulan el metabolismo de una mujer. Un estudio realizado en la Universidad de Hull, en Inglaterra, reveló que el régimen de duchas frías tomadas por los atletas podría reducir niveles de tensión y crear resistencia mental.
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