Nuestro cuerpo se mantiene con energía gracias a la glucosa que circula en la sangre. Cuando nos ejercitamos de más para “gastar” nuestra cantidad de glucosa, las células le indican al cuerpo que comience a utilizar grasa como fuente de energía. Ésta va a los músculos que están en uso y, por ende, perdemos el peso causado por el acumulamiento de grasa.
El ejercicio juega un papel importante en nuestra dieta, haciendo que logremos un cuerpo saludable que pierda peso sin retardar el metabolismo ni morir de hambre. Esto tiene que venir acompañado de una buena y sana alimentación, ya que ejercitar luego de una comilona rebajará muchos carbohidratos pero poca grasa.
El ejercicio está dividido frecuentemente en dos categorías:
1. Ejercicio Cardiovascular: Hace que respires más fuerte e incrementa los latidos del corazón. Si se hacen regularmente, actividades como correr o nadar ayudarán tanto a tu capacidad respiratoria como a tu sistema circulatorio.
2. Ejercicios de Resistencia: Aumenta la proporción de músculos de tu cuerpo. Como los músculos son tejidos metabólicamente activos, tu metabolismo será más alto a medida que poseas más músculos. Esto significa que quemarás más calorías incluso si estás en reposo.
Las personas que se ejercitan regularmente no sólo pierden más efectivamente peso, sino que son más capaces de mantenerlo. Además, produce una actitud mental de autocuidado y autoestima que impulsa el deseo de seguir mejorando. El ejercicio reduce el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, infartos, osteoporosis y diabetes; ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión (que en muchos casos son las que provocan las comilonas).
Lo mejor para comenzar es ejercitarse poco a poco, ya que con el tiempo aumentará tu fuerza, resistencia y confianza en ti mismo. Puedes retar a tu cuerpo a mejorar saliendo de tu “zona de confianza”. Luego, cuando aquello ya no te parezca un reto, puedes aumentar el nivel para que sí te resulte un reto (hasta que hayas llegado al peso deseado).
El cuerpo humano está diseñado para ser activo, y la vida moderna nos conduce día a día a vivir sedentariamente. Pero hay muchas cosas que podemos realizar para que cambiemos esa clase de vida, como usar las escaleras en lugar del elevador, ir en bicicleta o caminar hasta el trabajo y sacar a pasear seguido a nuestras mascotas.
Calcula cuántas calorías quemarías si sales a caminar por media hora un par de días a la semana. Multiplica ese número por 52 semanas y estarás sorprendido de las calorías que puedes perder. El ejercicio hace una diferencia significativa en tu pérdida de peso y, lo que es más importante, ayudará a tu actitud mental y a tu salud.
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