Dulces en la infancia = Ira en la adultez

Con Halloween bien cerca, es un hecho que los dulces cotizan al alza. En estas épocas los niños tienen vía libre para consumir dulces y golosinas, y todos cuando fuimos pequeños ansiábamos que llegara el 31 de octubre para eximirnos de las prohibiciones alimentarias impuestas por nuestros tiranos padres.

Sin embargo, las restricciones a comer golosinas no sólo serían un capricho paternal según un estudio publicado en The British Journal of Psychiatry, sino que todo un acto de sapiencia por parte de nuestros progenitores.

Es que estos investigadores estudiaron a nada menos que 17500 casos de personas de 34 años, algunos manifestando síntomas de agresividad y otros con conductas tranquilas. Teniendo en cuenta variables como la educación, el comportamiento de sus padres y las zonas donde los participantes vivieron en su infancia, los investigadores buscaron un vínculo entre el consumo de dulces en la infancia y la agresividad en la adultez, y lo encontraron.


Un 69% de los participantes que manifestaban agresividad a sus 34 años consumía dulces todos los días durante la infancia, mientras que sólo un 42% de las personas no-violentas lo hacía.

Datos interesantes y un buen consejo para los niños. Después de todo, papá tenía razón.

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